Gabriel Mato y Francisco Millán Mon exigen que se paralice el cierre de 87 zonas de pesca porque se compromete el futuro de los pescadores europeos sin base científica

Los eurodiputados del Partido Popular Gabriel Mato y Francisco Millán Mon han exigido hoy la paralización del cierre de 87 zonas de pesca para la pesca de fondo por parte de la Comisión Europea porque, además de carecer de una base científica sólida y de no haber consultado con los operadores y pescadores, es un paso más hacia la destrucción del sector pesquero.

Gabriel Mato recordó que el cierre de estas zonas para todas las artes de pesca de fondo en el Atlántico nororiental no cuenta con el respaldo claro del Consejo, un punto más que demuestra que la postura de la Comisión genera muchas dudas en el seno de las instituciones europeas. El eurodiputado, portavoz del Grupo Popular Europeo en la Comisión de Pesca de la Eurocámara, anunció que su formación ya ha solicitado la comparecencia urgente del Comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, el lituano Virginijus Sinkevi?ius.

El diputado palmero explica que el Consejo, junto con el Parlamento Europeo, delegó en la Comisión la caracterización de los ecosistemas marinos vulnerables, un hecho que ha sido aprovechada para imponer medidas que no consiguió durante las negociaciones del Reglamento de la UE sobre especies de aguas profundas.

En cuanto a la falta de una base científica, el eurodiputado reprobó que se pretenda cerrar “zonas de pesca enteras, aunque no se demuestre la existencia de ecosistemas marinos vulnerables”. Además, la medida contempla la delimitación de zonas tampón que hacen que la superficie de las áreas cerradas se triplique”, áreas en las que, por ejemplo, se prohíbe la actividad de los barcos palangreros cuyo impacto no ha sido estudiado.

Mato explicó que los buques pesqueros se verán obligados a trasladarse de sus caladeros tradicionales a otras zonas donde es posible que no existan las especies objetivo, lo que sin duda interrumpirá las operaciones de pesca y reducirá la cuota, “En algunas zonas, flotas verán reducida su producción hasta en un 75 % y todo sin ninguna evaluación previa del impacto socioeconómico”, criticó.

Para Gabriel Mato es esencial que se retire inmediatamente la medida para que se realice una consulta al sector pesquero y hacer una evaluación real y científica del impacto que supone sobre el futuro de la actividad europea. “De lo contrario, se conseguirá herir de muerte a una parte del sector, sin hablar de que los jóvenes se pensarán dos veces dedicarse a la pesca, ya muy dañada por el Brexit, la Covid y las crisis geopolíticas.

Asimismo, recordó que “la pesca es un sector estratégico para garantizar la seguridad alimentaria en un mundo incierto, como el que vivimos ahora. Lamentablemente, esto aún no se entiende dentro de la Comisión”, finalizó.

“Contra todo y contra todos”

Por su parte, Francisco Millán Mon lamentó que la Comisión Europea adoptase esta decisión “contra todo y contra todos”. El también miembro de la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo reiteró que la prohibición tiene defectos tanto formales como sustantivos. “No ha habido una exposición al público real y suficiente, en particular a través de los consejos consultivos. Tampoco se explica que la Comisión tome una decisión de este calado en el año 2022 a partir de información científica del ICES que data del año 2011 y ya está desfasada.”

Millán Mon ironizó con el triunfalismo del Secretario Xeral del PSdeG-PSOE, que el pasado día 13 hacía público un comunicado titulado “Formoso le arranca al Comisario de Pesca el compromiso de revisar las restricciones al arrastre de fondo si así se acredita con informes científicos.” “El martes se reúne Formoso con Sinkevi?ius y el jueves la Comisión Europea confirma su decisión de vetar la pesca de fondo en grandes caladeros del Atlántico. Menos mal que le arrancó un compromiso”, dijo el eurodiputado gallego.

Por último, Millán Mon advirtió que la prohibición de la pesca de fondo en casi un centenar de áreas supone un gran perjuicio para las flotas de Gran Sol y litoral y podría poner en riesgo cientos de puestos de trabajo en Galicia. “La Política Pesquera Común de la UE no puede convertirse en una máquina de hacer euroescépticos en las comunidades costeras” concluyó.