GABRIEL MATO DESTACA LA IMPORTANCIA QUE TIENE PARA EL DESARROLLO DE CANARIAS EL RECONOCIMIENTO DE SUS SINGULARIDADES DESDE SU INTEGRACIÓN EN LA UE

Bilbao, 1 de octubre 2016.- El eurodiputado popular Gabriel Mato destacó hoy la importancia que ha tenido para el desarrollo de Canarias su integración en la Unión Europea y defendió la necesidad de seguir pidiendo a la UE que tenga en cuenta las singularidades de las islas.

 

Durante su intervención en el encuentro del `30 aniversario de España en la Unión Europea´, organizado hoy en Bilbao por la delegación española del PPE, Gabriel Mato recordó que Canarias es la única región española y del continente europeo que está reconocida en el Tratado de Lisboa (artículo 349), en el que se le recogen las especificidades de las islas como región ultraperiférica.

 

“Nosotros tenemos unas dificultades añadidas que Europa contempla y que gracias a Europa vamos mejorando”, dijo Gabriel Mato, quien reconoció que “aún queda mucho por hacer, sobre todo en áreas como el transporte, por lo que es importante seguir defendiendo en la UE las circunstancias especiales que existen en las islas”, especialmente en aquellas políticas que más repercuten en el desarrollo de la región, entre las que mencionó la agrícola y pesquera.

 

Mato ha participado junto a la secretaria general del PP del País Vasco, Nerea Llanos; y los eurodiputados Antonio Lopez-Istúriz, Rosa Estaràs y Esther Herranz, en una mesa redonda moderada por el eurodiputado vasco Carlos Iturgaiz, dentro del programa de la jornada con la que el Grupo Parlamentario Popular ha celebrado en Bilbao los 30 años de España en la Unión Europea.

 

El europarlamentario aseguró que la prosperidad de España y de Canarias se ha visto reforzada en los últimos 30 años por las ayudas europeas e insistió en que es necesario “seguir pidiendo desde Europa el apoyo y el impulso necesario para fortalecer nuestra capacidad industrial, nuestro sector primario y la defensa de los más vulnerables de nuestra sociedad”.

 

En su opinión, “el reto de ahora no es tan distinto al del año 1986: construir una Europa más solidaria, más justa, que ofrezca las mismas oportunidades para todos sin dejar de lado a los sectores sociales más vulnerables ni a los focos económicos tradicionales como la agricultura, la ganadería y la pesca”.